domingo, 9 de diciembre de 2012

Hans Joachim Marseille. El Schumacher de la Luftwaffe

Hans Joachim Marseille, chico guapo, playboy, terror de las nenas e hijo de papa alemán, nació el 13 de diciembre de 1919 en Berlin-Charlottenburg.

 Hijo del Hauptmann (o sea capitán) Greog Sigfried Martín Marseille, el joven Jochen fue un niño débil que estuvo a punto de estirar la pata de una gripe, lo típico de estas jóvenes promesas vamos, siempre lo pasan peor que los demás... Nunca fue un tipo muy atraído por la marcialidad castrense propia de un ejercito y vio como su padre se volvía a alistar en el 33 después de ser policía-poli en Berlín y como su hermana era asesinada por un celoso amante, así como la separación de sus padres, hechos que marcaron su infancia, era de esperar, esta gente no puede ser como todo hijo de vecino. Esto sucedía mientras iba a la escuela primaria en Berlín y al instituto (Prinz Heinrich en Berlín-Schöneberg) 1926-1938. Según parece era un estudiante perezoso y pasota por defecto pero después de graduarse con unas notas mejores de lo esperado, manifestó que lo suyo era volar y ponerle las pilas a los British en la futura guerra mundial (bueno, éso  no lo sabía, pero en el 39 ya se intuía que los alemanes no le querían dejar su balón a nadie).

Así pues, el joven Jochen se apunto a la Luftwaffe como cadete en 1938 y como era hijo de un «pez gordo» no se tuvo muy en cuenta que sus aptitudes físicas no eran las mejores.
 El 1 de marzo del 39 es trasladado a la escuela de vuelo  Luftkriegsschule (LKS 4) -os juro que los alemanes hablan así para que no se les descubra el odio que sienten por los que no tienen un Audi- y aquí comienzan sus desventuras con sus superiores, con arrestos, pasadas de forro de las ordenes y chulerías varias con el avión simulando Dogfights cuando no tocaba o aterrizar en una autopista en Madenburgo para «regar» las plantas -A lo Rossi vamos- eso y otras niñerías le valieron el graduarse como matao-alférez más tarde que sus compis, en Viena, donde su jefe  Eduard Ritter von Schleich, as de la primera guerra mundial,  vio sus posibilidades y le apretó las tuercas para graduarse de forma eficiente como todo buen alemán.

 El 10 de agosto del 40 es trasladado al Jagd/Lehrgeschwader 2 o LG2 con base en el Paso de Calais para enseñarle a los pérfidos albiones como se pilotaba un avión de guerra de verdad.

Me voy a poner las botas con unos guapos ingleses depilados


LA BATALLA DE INGLATERRA Y SUS PRIMEROS DERRIBOS

 El 24 de agosto del 40 se bate en buena lid contra sus primeros adversarios y pulveriza su primer Hurricane británico -Como se nota que Andy Murray todavía no había nacido, jeh!!- cosa que no le hace mucha gracia pues él considera que en el avión enemigo hay otro ser humano que tiene padres, amigos, perro y cosas de esas, ésto habla bien de él, un caballero del aire vamos, pero no dejó de bajarse ingleses uno tras otro.

 No obstante y contabilizando ya cuatro derribos en cinco salidas, el motor de su Messerschmitt BF-109 falla sobre el canal y se ve forzado a amerizar mientras piensa en los muertos del ingeniero no alemán que diseñó su avión. Es rescatado por un hidroavión Heinkel 59 después de remar durante más de tres horas «papando» un poco de frío, todo esto el 23 de septiembre.

 Ésto y que sus compis ascendiesen y él no dio como resultado una racha de baja forma que le llevo a dejar para el desguace cuatro aviones y poner de mala hostia  baba a sus superiores del Jagdgeschwader 52 que le veían como un playboy mujeriego incapaz de volar en formación y miserable «oidor» de Jazz -Ese odioso ruido que oían los Yankees- y por lo tanto no era un buen alemán.
 Fue trasladado al Jagdgeschwader 27 (JG 27) y allí encontró a su Briatore particular. Su  Gruppenkommandeur Eduard Neumann vio en él su enorme potencial y le dio alas para que fuese él mismo, lo que hizo recuperar su confianza en si mismo. Ya estaba en el norte de África donde cimentó su leyenda.

Después de comprobar que su avión no podía navegar, Joachim cambió de actitud
                             

EL NORTE DE AFRICA Y LA LEYENDA!!

Después de un breve calentamiento en la invasión de Yugoslavia el 20 de abril del 41 mientras se trasladaban al norte de África volando en formación tranquilamente, el bueno de Jochen decide «estallar» otro Messerschmitt en el desierto para hacer autostop con un camión italiano, que seguro que llevaba pintado un cavallino en alguna parte.
 Estos alegres transalpinos lo dejan en un depósito de suministros propio y tras convencer al general al mando del lugar que le dejase su coche para llegar a su destino éste le dijo «Como pago, me debe 50 derribos, Marseille», el bueno de Marseille debió entender 150.

 Ya el 23 y el 28 de abril consigue sus primeros derribos en África, aunque el 23 descubre el gusto de la derrota cuando un francés, ¡Si, un francés! a bordo de un Hurricane inglés lo echa abajo. Según parece un mes más tarde el mismo piloto francés de apellido Denis volvió a derribar a Marseille, para echarse a llorar de verdad, que un gabacho te gane dos veces es desalentador.
 Esto minó la frágil moral del joven Jochen y volvió a hacer de las suyas rompiendo más aviones, pero su jefe Neumann le animó sabiendo que allí tenia un piloto ganador.

 De todos modos su jefe llego a perder la paciencia con Marseille y su manía de meterse él solo con todos los ingleses -Era un golosón irredento-, el joven Jochen comenzó entonces otro cambio en su actitud y adiestró arduamente, tanto física como tácticamente y explotó sus virtudes ocultas, como una puntería diabólica y una conciencia situacional inhumana.

 A partir de aquí el tío se llenó la percha de condecoraciones y derribos consiguiendo el 24 de septiembre en poco más de 15 minutos cuatro bajas confirmadas que unió a sus 25 derribos antes de acabar el año.

 El diablo Marseille había despertado, sus compis -aquellos que se reían de él por no ascender- no daban crédito a lo que veían y sus superiores no eran capaces de encontrar explicaciones fáciles a sus arriesgadas maniobras que le hacían volar como un diablo soportando increíbles fuerzas g y batallando el solo contra más de un adversario a la vez, que veían como sus Hurricanes y P40 Curtis no eran nada para el as alemán.
 Según parece Marseille se esforzaba por mejorar y adiestraba duro para soportar las fuerzas G a las que sometía a su aparato, en verdad un culo inquieto como él sin bares ni putis en el medio del desierto se dedicó a hacer muchos abdominales para matar el aburrimiento, y claro, eso dio sus frutos.

Con uno de los Hurricanes recién derribado, calentito y tierno
                                  

Y ahora un poco de rollo de expertos en la materia:
"Marseille desarrolló su propia táctica, que difería significativamente de los métodos empleados por la mayoría de los otros pilotos. Atacando una vez a un grupo de aviones que hicieron la formación defensiva en círculo, tuvo que volar muy lentamente, incluso llegó al extremo de tener que bajar los flaps sin que llegase a entrar en pérdida para poder volar en un círculo más cerrado del que hacían los aviones enemigos por encima de él. Su compañero de ala y él formaban una unidad, y nadie pilotaba como él"

 Esto era lo que decían sus superiores y compis de su manera de volar e incordiar a los ingleses.

"Disparar mientras se hace un giro (disparo con deflexión) es lo más difícil que puede hacer un piloto. El enemigo está volando en un círculo defensivo, eso significa que ya están situados y girando, el piloto atacante tiene que meterse en ese círculo. Para conseguirlo debe hacer que su radio de giro sea menor, pero si hace eso su objetivo, en la mayoría de los casos, desaparece por debajo de sus alas, por lo que no puede verlo más, simplemente tiene que proceder por instinto"

 Así llegaron sus deseados ascensos y responsabilidades, el 1 de mayo del 42 es ascendido a teniente y poco después a Staffelkapitän del 3./JG 27 o jefe de escuadrilla. Sus éxitos seguían y el 3 de junio del 42 decidió derribar seis P40 en una sola sesión. Dos semanas después y tras reclamar su derribo número 100 -el joven Jochen era muy goloso, que duda cabe- se le concede un permiso de dos meses en Alemania, al volver con la «moza» hacia África, Mussolini lo condecora con la  Medaglia d'Oro el 13 de agosto del 42, mientras pasa unos días de fiesta en Roma.

 Vuelve al combate en el norte de África y su fama crece en parte debido a gestas como la del 1 de septiembre cuando derriba él solo a diecisiete aviones, eliminando a ocho en menos de diez minutos, -El Usain Bolt de los cielos sin duda-

Marseille tenía buena imagen de «marca» entre los jefazos
                                       

Pero Marseille tenía sus «piradas de olla» y en un aterrizaje forzoso se rompe un brazo y sus superiores le prohiben volar... Para quitarse el mono decide estrellar un Macchi C.205 que tomó prestado de sus colegas italianos y que pertenecía al as italiano Emanuele Annoni, -con ese nombre se merecía perder su avión-.

 Marseille que siempre había volado con modelos Messerschmitt BF-109 E-7 o F4/Z trop no pudo aún con todo volcar la balanza del teatro africano en favor de los alemanes que siempre contaron con menor número de aviones como este.


LA MUERTE DE LA ESTRELLA DEL DESIERTO Y EL FIN DEL MITO

 El escuadrón de Marseille recibió nuevos aparatos BF-109 que no gustaron al joven Jochen, al parecer fallaban como si los hiciesen en España.
 Aun así acató la orden de pilotar uno de los BF-109 G2/Trop y éste fue su último avión.

Antes, Rommel y Hitler lo querían presente en Alemania para utilizarlo como chico anuncio de lo magníficos que eran los alemanes y todas esas cosas, pero el joven astro se negó diciendo que era necesario en el frente.
 El 30 de septiembre del 42 en una rutinaria misión escoltando bombarderos Stuka de regreso a casa, su avión comenzó a fallar sobre Sidi Abdel Rahman, su motor perdía potencia e inundó la carlinga de humo y aceite,  cegado, confuso y con su avión en un picado de casi 70 grados no estaba en la condición óptima para saltar pero Marseille decidió salir, a casi 640 kilómetros por hora, Jochen salió disparado contra la cola de su avión y claro... La Estrella del Desierto finó su carrera meteórica machacando aviones de un bando y del suyo propio, -era ante todo un tipo generoso-. 


 Su memoria es y fue perpetuada por los alemanes e italianos al lado de quienes luchó como héroe de guerra y buen chaval en general con monumentos y condecoraciones póstumas, su número de derribos fue de unos increíbles 157 aparatos enemigos, con jornadas memorables que incluían multitud de derribos a veces en muy pocos minutos, como cuando recibió la noticia de la muerte de su padre y el joven Marseille se cepilló a ocho aviones enemigos en diez minutos, en menos de dos minutos acababa con un avión de media, ese día estaría cabreado... No sé.

 En 1957 se rodó una película alemana en su nombre con el titulo de "Der Stern von Afrika (La Estrella de África)" en la que se sugería que tras conocer el asunto de La Solución Final de Hitler había desertado por ser contrario a tal barbaridad, no hay nada como una peli de acción donde el protagonista es muy bueno, salva a la chica guapa y está en contra de todo mal.

  Éstos son los 157 aparatos derribados por el bueno de Marseille:
- 101 cazas Curtiss P-40 Tomahawk y Kittyhawk
- 30 cazas Hawker Hurricane
- 16 cazas Supermarine Spitfire
- Dos bombarderos Martin Baltimore A-30
- Un bombardero Bristol Blenheim
- Un bombardero Martin Maryland.

Evidentemente y magullados en su orgullo, los aliados, cogieron la rabieta y negaron las confirmaciones oficiales de los derribos de Marseille y la envidia cochina les hizo decir cosas muy feas sobre el buen Marseille.

 Lo que sí es cierto es que se convirtió en el cuarto militar alemán en recibir los diamantes para su Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas (todo un lujo en tu cuello), y que incluso se los diseñó Hitler... Un chaval querido por todos y que recibió la Medaglia d´Oro italiana de manos del propio Mussolini (ese señor  italiano calvo con cara de mala uva)

Publicidad de la buena, sin cortapisas ni mariconadas!
                                         
 Un auténtico as e ídolo que vivió rápido, murió joven y dejó un legado difícil de igualar en una guerra a la que cada día le salen héroes y armas nuevas!!









3 comentarios:

  1. Seguro que si hubiera pilotado un avión francés no tendría lugar su accidente... ¡es broma! con un avión francés se rendiría en el primer combate

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  2. Nota si los construyesen en ESPAÑA hoy toda Europa menos nosotros hablaría Alemán.

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  3. Bueno, como todo el mundo sabe este blog tiene tanta seriedad como cualquier Ley de Educación desde que acabaron con la E.G.B., pero no le falta razón al afirmar que "hecho en España = accidente seguro". En la posguerra el país no estaba para fabricar nada con calidad

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